GAVIOTA DE PLUMAS BLANCAS

Eras tú una gaviota
Que volaba en alta mar
Te miraba yo sentado
En la orilla del mar
Mientras la puesta de sol
Me hacía llorar más.

Te reías y te ibas
Dándome tu emplumada espalda
A un nuevo horizonte
A buscar un mejor hombre
Con quien poder compartir
El amor que tenías guardado
Y que muchas veces
Me lo negaste a mí.
Creyendo que era alguien
Que se burlaba de ti.

Un cazador se aproxima
Esta parado en su barco
Con un rifle en la mano
Apunta y dispara
Y tu caes desangrada
Con la pluma estirada
Y el alma, asesinada.

El mar te recibe
Con todo, tu vida, tu amor,
Nadie supo que yo era
El que había contratado al cazador

Y nadie supo nunca
Que ese día de tu muerte
Era 14 de febrero
El día de nuestro amor

Tú me dijiste “adiós” y te fuiste
Yo te dije “adiós” y me quedé
Para poder acompañarte
En el dolor que se siente
Al ver que nadie asiste a tu funeral.

Para ella, una gaviota
Que con las plumas blancas y los sueños de colores
Sufrió el fanatismo
De un animal sin razones.